El dinero “sólo” financia la felicidad.
Esta es una de las frases que se me quedó grabada cuando desarrollaba un negocio multinivel…
Y es cierto que el dinero no lo es todo, pero el dinero financia nuestra felicidad y la de los que nos rodean.
Teóricamente es así. Sólo teóricamente. Ahí vamos con una de esas fábulas que nos darán que pensar…
Por cierto, seguimos más fuertes que nunca, muchos proyectos, muchos cambios y resultados…
Samuel se encuentra en Orlando – Florida, estudiando y trabajando en campañas de CPA y Daniel y Aristh trabajando duro con distintas estrategias y apoyo de equipos.
Un millonario empresario se fue de vacaciones a un pequeño pueblo. Alquiló una casa junto a un río. Todos los días veía cómo un joven pescador pasaba 4 horas en su barca pescando peces. Cuando llenaba 2 cubos de peces, el pescador volvía a casa hasta el día siguiente. Esa era su vida durante 6 días a la semana. El empresario estudió la situación del joven pescador y un día se acercó a hablar con él:
Empresario: ¿Cuánto tiempo llevas pescando?
Pescador: Llevo toda la vida, desde que era pequeño. Mi padre me enseñó a pescar y a buscarme la vida con la pesca.
Empresario: ¿Y gana bastante dinero?
Pescador: No me hago rico, pero pago mi hipoteca, la luz, el seguro y tengo tiempo libre para mi familia y jugar a las cartas con mis amigos.
Empresario: He visto que cada día vienes a pescar 4 horas y únicamente llenas 2 cubos de pescado. ¿Sabías que si en lugar de pescar en esta parte del río, si lo hicieras 5km más abajo en el mismo tiempo podrías llenar 4 cubos de pescado en lugar de dos?.
Pescador: Sí, lo se, pero tendría que dedicar 1 hora más, y yo aprecio mucho más el dedicar ese tiempo a mi familia y jugar a las cartas con mis amigos
Empresario: Ya, pero si dedicando 1 hora más puedes duplicar la cantidad de peces, si dedicas 4 horas más, podrías cuadruplicar la cantidad de peces.
Pescador: ¿Y por qué iba a querer hacer eso? Ya le he dicho que para mí lo más importante es estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. ¿Por qué querría hacerlo?.
Empresario: Porque en unos meses podrías contratar nuevos pescadores.
Pescador: ¿Y para qué querría hacer eso? Le estoy diciendo que yo sólo quiero estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. El tener más pescadores me haría tener que estar pendiente de las nóminas y contar el resto del pescado que me traen. ¿Así que por qué querría hacerlo?
Empresario: Porque de esa forma, tendrías tu propia flota, tu propia empresa.
Pescador: Usted no me entiende, yo lo que realmente aprecio es estar con mi familia y jugar a las cartas con mis amigos. ¿Así que para qué quiero tener mi propia flota?
Empresario: Porque teniendo tu propia flota, tendrás suficiente pescado como para dejar de vender al por menor. Podrás saltarte a los intermediarios e ir directamente al proveedor, aumentando tu margen de beneficio. Con el tiempo, podrás incluso comprar la empresa de tu proveedor y ser el número uno en abastecimiento de pescado en toda la región. Antes de que cumplas los 40 años, podrás hacer dos cosas con tu empresa: O venderla o sacarla a bolsa. En ambos casos serás rico.
Pescador: ¿Y una vez que sea rico…qué?
Empresario: Pues a pasar tiempo con tu familia y a jugar a las cartas con tus amigos.
Esta vieja historia muestra la diferencia entre la mentalidad de un trabajador y de un detector nato de oportunidades de negocio (emprendedor o empresario). El pescador estaba acomodado en una vida tranquila, sin sobresaltos (zona de confort). Apreciaba lo sencillo, que es pasar tiempo con su familia y amigos, aunque no era consciente de que algún día en el futuro, podría caer enfermo y no poder salir a pescar, o sencillamente podrían surgir imprevistos.
El dinero no es lo más importante, pero desgraciadamente es el mayor facilitador de calidad de vida y tiempo que en un futuro podamos dedicar a los nuestros.
Este empresario proponía al pescador el hacer un esfuerzo extra y temporal para en un futuro ganar calidad de vida. Con 30 años no es momento de acomodarse, sino de salir a conquistar el mercado.
¿Y tú quién eres?… El pescador o el Empresario…
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