Un gran equipo no sólo es un grupo de gente con un objetivo común. Es un grupo comprometido a trabajar por una meta común en la que se pondrán a prueba y se llevarán al máximo las habilidades únicas de cada persona. Sus miembros están dispuestos a subordinarse por el bien del equipo y a seguir las reglas que pueden someterlos a escrutinio, corrección y crítica. Los equipos no siempre son divertidos. Pueden ser desordenados, molestos y hacer que a uno le duela ya sabe qué. Pero los resultados de un gran equipo son en verdad estimulantes. El poder y la confianza de un equipo increíble son imparables.

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Los verdaderos equipos tienen prioridades:

• La misión, sobre todo.

• Las necesidades del equipo, en segundo lugar.

• Las necesidades del individuo, en tercer lugar.

En muchas organizaciones después de nuestra experiencia las prioridades estaban completamente al revés. Descubrimos que muchos quieren saber “¿Qué hay para mí?”, en primer lugar. Una vez seguros de recibir eso, tal vez ayuden a alguien más del equipo, mientras no afecte su tiempo, dinero o esfuerzo. Y luego apoyan la misión.

Desafortunadamente, la razón por la que muchos equipos se regodean en la mediocridad es que, sin importar lo que diga la gente (¡porque todos pueden contar una buena historia!), la misión parece relegarse al final. Los intereses personales predominan y el líder, propietario del negocio o emprendedor, se encuentra luchando solo y esperando recibir ayuda en  algún momento. En realidad, la mayoría de la gente no cree que si se cuida la misión, el resto se cuida solo.

Se trata de veinticuatro horas diarias, durante siete días a la semana, pero las consideraciones monetarias y personales se dejan a un lado por el bien de la misión y el equipo. ¿Adivina qué? En este escenario todos ganan mucho. En el otro, hay muchas excusas, pero pocos resultados.

Lo más relevante es reconocer que aunque uno quiera jugar en un equipo no significa que puede hacerlo. Así, ¿cómo determinas quién deberá formar parte de tu equipo?

Tú decides. Conforme uno envejece esto se vuelve más difícil, pues puede significar una ruptura de costumbres y con un círculo social en el que te sientes cómodo. Surge un sentimiento de obligación emocional. Así que mientras más pronto eches un vistazo a quién está en tu equipo, mejor.

Éstas son las preguntas necesarias al momento de formar un equipo:

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1. ¿Qué clase de energía tienen?

Un gran jugador de equipo nunca piensa o se expresa en términos de “no puedo”, sino sólo en términos de “¿cómo podemos?”

 La crítica está bien, de hecho es necesaria, ¿pero amplía las posibilidades o las disminuye?

2. ¿Desean ganar?

Una de las reglas de Padre Rico es que uno debe tener un deseo implacable de ganar. No es que uno vaya a ganar siempre, pero es el objetivo. Algunas personas sólo desean ser queridas, sentirse cómodas, parte de un equipo, y eso está muy bien. Pero, ¿quieren ganar? ¿Están dispuestas a hacer lo que sea necesario? Mucha gente dice querer ganar pero, ¿es cierto? Es fácil decirlo, pero ¿dónde están cuando las cosas “se ponen buenas”?

¿Están dispuestos a dejar una gratificación inmediata por el éxito a largo plazo?

3. ¿Están dispuestos a dejar que alguien más gane?

Formar parte de un equipo implica hacer a un lado el deseo de ganancias personales inmediatas y tener la disposición de apoyar a los demás.

Eso significa que uno no siempre es la estrella. Uno debe sentirse bien sentado en la banca, si es lo mejor para el equipo. Si alguien tiene una mejor idea, escuchemos con mentalidad abierta mientras expresa sus pensamientos. La gente que desea saber cuál será su salario antes de conocer la misión es altamente sospechosa.

4. ¿Son responsables?

Otra cualidad necesaria en alguien que desee unirse a tu equipo es la voluntad de asumir responsabilidades y no culpar a otros de los errores.

5. ¿Están dispuestos a asumir el código?

Quienquiera que desee unirse a tu equipo debe comprender el Código de Honor vigente. Una vez explicado, él o ella puede hacer una de estas tres cosas:

• Estar de acuerdo (¡bien!)

• No estar de acuerdo (en este caso la persona sería negativa para el equipo)

• Hacer preguntas para aclarar sus dudas

6. ¿Tienen un talento o habilidad única?

Lo ideal es que cada persona del equipo esté ahí por los talentos y habilidades únicas que aportan a su puesto. Los contadores no necesitan ser artistas o correctores de estilo. Los vendedores no deben ser técnicos. Al armar tu equipo o reorganizar el existente, asegúrate de que la mejor gente haga lo que mejor hace.


“Yo no sé cuál es la llave del éxito, pero sé que la llave del fracaso es tratar de quedar bien con todos”.

Especial agradecimiento al maestro Blair Singler. Uno de sus libros se encuentra en la biblioteca o biblia de Black and Brothers.